Definición de Tecnologías ambientales
No hay una única definición que recaiga en el nombre de Tecnologías Ambientales. Lo primero de todo es que el campo de las Tecnologías Ambientales se caracteriza por un alto grado de diversidad y heterogeneidad. En general, el término se usa para incluir tecnologías y aplicaciones que se supone ayudan a reducir el impacto negativo de la actividad industrial y servicios, de usuarios privados o públicos sobre el medioambiente. El concepto normalmente se refiere a tecnologías “al final del proceso” (end-of-pipe) integradas en tecnologías limpias y para la recuperación de las áreas contaminadas. Sin embargo, también puede abarcar en un sentido más amplio cuestiones como la supervisión, medición, el cambio de productos o administración de sistemas ambientales. Las tecnologías ambientales son, por tanto, de naturaleza interdisciplinaria pudiendo ser aplicadas en cualquier fase de la cadena de producción-consumo.
En el Plan de Acción de Tecnologías Ambientales de la Comisión Europea se definen las Tecnologías Ambientales como: “todas las tecnologías cuyo uso causa menos daño en el medio ambiente que las alternativas. Incluyen tecnologías para controlar la contaminación (por ejemplo: control de la contaminación atmosférica, gestión de residuos), productos y servicios menos contaminantes, (por ejemplo: pilas de combustible y formas para gestionar de una manera eficiente los recursos (por ejemplo: abastecimiento de agua, tecnologías de ahorro energético)”.

En este documento, el concepto se usa en un sentido más amplio, p.e.: comprende procesos nuevos o modificados, técnicas, prácticas, sistemas y productos cuyo uso ayudan a reducir el daño ambiental si se compara con otras alternativas pertinentes, teniendo en cuenta las diferentes fases de la cadena producción-consumo, desde la extracción de recursos al servicio final. Estas tecnologías ambientales se pueden desarrollar con o sin intención explícita de reducir el daño ambiental. En línea con esta amplia definición, las tecnologías e innovaciones ambientales no sólo comprenden sistemas y componentes técnicos sino también innovaciones organizativas y la inclusión de innovaciones institucionales necesarias para llevar a cabo las tecnologías ambientales. Históricamente, hemos presenciado un proceso de desarrollo y difusión de las tecnologías ambientales desde tecnologías “al final del proceso” hasta tecnologías limpias a través de la adaptación de tecnologías de procesos integrados o lo que hoy se conoce como sistemas de innovación, p.e: nuevas configuraciones de cambios tecnológicos, organizativos e institucionales tanto a nivel individual de empresa como a nivel de sociedad en general.

En otros estudios generales del Grupo de Alto Nivel se tratarán varias de las áreas tecnológicas que puedan resultar relevantes para la definición de tecnologías ambientales. En este documento se tratará con menor detalle los desarrollos específicos en energía, transporte, Tecnologías de la Información y Comunicación, biotecnología y (nano-) tecnologías de materiales, las cuales serán tratadas en otros documentos. Ni siquiera las tecnologías que se dedican a reducir el CO2. (p. ej: almacenamiento y captación de CO ) se tratarán de manera específica, ni tampoco las tecnologías que se necesitarían como parte de una estrategia de adaptación para el cambio climático. Se pondrá énfasis en dar una visión general de las tendencias principales y desarrollos y en las barreras tecnológicas, económicas, organizativas e institucionales que dificultan la realización de estos potenciales. Se proporcionará la base para un desarrollo más avanzado y una coordinación de políticas en diferentes campos como el medio ambiente, la investigación, la industria, la empresa y una variedad de políticas sectoriales.

Para poder valorar qué daño podría causar una tecnología con respecto al medio ambiente, se considera también necesario incluir en este documento los desarrollos recientes en cuanto a mejorar la comprensión sobre la interacción entre los sistemas sociales y ecológicos.

De hecho, la política y en particular, la política europea ha sido uno de los principales conductores para la innovación en las Tecnologías Ambientales en Europa durante las últimas tres décadas. Alrededor de las cuatro quintas partes de las políticas ambientales en MS tienen su origen en las normativas y directivas de la UE. Permanecer por detrás de estas políticas ha preocupado, sobretodo, en cuestiones como la degradación del medio ambiente (p. ej: en áreas urbanas e industriales) pero también el temor de que el agotamiento de los recursos naturales pudiera mermar las bases materiales de nuestras economías en las décadas venideras (p. ej: el agotamiento de los recursos petrolíferos). Por último, la globalización en ciertos asuntos ambientales (p. ej: el cambio climático) ha contribuido más a reforzar el interés en las Tecnologías Ambientales. En otras palabras, las Tecnologías Ambientales son un área de actividad que funciona de una manera clara para la política y los intereses públicos, teniendo como objetivo aprovechar las oportunidades que ofrecen los nuevos desarrollos en ciencia e investigación.

Desde principios de los noventa, muchos temas ambientales han sido incluidos dentro del amplio marco de debate sobre la sostenibilidad. Mientras que el desarrollo sostenible puede continuar siendo un concepto muy útil, éste debe diferenciarse una vez que se trata con análisis más específicos. El modelo clásico de “tres pilares”, que comprende las dimensiones sociales, económicas y ambientales de sostenibilidad, se puede complementar con más aspectos como los relacionados con la forma de gobierno, temas regionales o consideraciones culturales, así como el aspecto intergeneracional, una responsabilidad a largo plazo que fue clave en anteriores definiciones de sostenibilidad y que continúan siendo tema en este debate. La dimensión ambiental todavía es un elemento central del desarrollo sostenible, tal y como se refleja en la mayoría de los documentos de política de la CE de los últimos años, incluyendo las declaraciones que, en lugar de enfatizar la importancia del empleo y el crecimiento, se insistió en la dimensión ambiental de una Europa sostenible.

En los primeros debates sobre innovaciones ambientales, las inversiones en tecnologías que dañasen menos el medio ambiente tendían a ser consideradas simplemente como un factor de coste adicional, perjudicando así la competitividad de empresas y países. El argumento en contra más destacado fue probablemente el llamado “Hipótesis de Porter” (Porter-Hypothesis). Porter y van der Linde (1995) argumentaron que una interpretación dinámica sobre la inversión en tecnologías ambientales nos lleva a la conclusión de que, por el contrario, se pueden alcanzar ventajas ya que los valores ambientales se difunden en paralelo con las tecnologías, dando así una ventaja competitiva a esas empresas que actúan como primeros promotores. También, otras representaciones europeas con éxito en muchas de las áreas de tecnologías ambientales (ej: energía eólica, catalizadores, procesos industriales, etc) han demostrado que no sólo se debería considerar como un remedio para corregir los daños y resolver problemas, sino como una oportunidad económica crucial que ofrece a las empresas europeas la posibilidad de alcanzar una posición a la cabeza de los mercados globales en los que los factores ambientales han empezado a jugar un importantísimo papel.

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